En 1839, a través de un Decreto que instituye una Comandancia Militar en las Islas Malvinas y costas adyacentes y con el único fin de preservar los territorios que hasta 1810 habían pertenecido a España y asegurar la protección debida a su población, el Gobierno decreta que las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico debían ser regidas por un comandante político y militar que representara los intereses de naciente República e hiciera observar por los habitantes de dichas islas las leyes de ésta bajo el amparo de su Bandera.
La primera autoridad designada fue Luis Vernet, un reconocido comerciante con intereses en el archipiélago, lugar en el que creó una fortuna y también la perdió.
Este ejercicio de soberanía duraría muy poco ya que mediante el uso de la fuerza, en enero de 1833 el Reino Unido expulsaría del lugar a las autoridades legítimas y a la población argentina.
Desde ese momento las islas son objeto de disputas de soberanía entre ambos estados y reconocido por las Naciones Unidas mediante la Resolución 2065 de la Asamblea General.
Desde el S XVII autoridades españolas y británicas firmaron distintos acuerdos sobre la posesión de ese territorio y más de dos siglos después, hoy seguimos transitando distintos caminos para que nuestros derechos se acepten y se respeten.
La sangre de nuestros jóvenes regó esas tierras en 1982. Hoy, los recordamos con mucho respeto, orgullo y un sincero agradecimiento.
